Absuelven en San Fernando a un profesor de música acusado de abusar de nenes en un jardín tras estar 15 meses preso

Darío Hernán Castelo es un docente que pasó 15 meses preso tras haber sido acusado por abuso sexual contra niños de un jardín de infantes de San Fernando, en el norte del Conurbano. Acaba de ser liberado luego de que la Justicia decidiera absolverlo. El fallo, firmado por la jueza Débora Jorgelina Ramírez del Tribunal Oral en lo Criminal N°6 de San Isidro, igualmente puede ser apelado por el Ministerio Público Fiscal pero él disfruta, por el momento, que “se aclaren las cosas”.

Fue en agosto de 2021 cuando Darío, profesor de música y padre de tres hijos -de 10, 6 y 4 años-, fue detenido por la Policía Bonaerense acusado de haber abusado de cuatro nenas en el jardín San José del Instituto Don Orione de la localidad de Victoria. Sin embargo, para la jueza que lo dejó en libertad, la etapa de instrucción de la causa tuvo “contaminación probatoria”, es decir, evidencias que se interpretaron como verdades pero que no representaban lo ocurrido.

Sebastián Chouela, el abogado de Castelo, remarcó al portal Primer Plano que el docente fue privado de su libertad durante la investigación penal “cuando no existían indicios de que fuera a entorpecerla ni tampoco de fugarse”.

Además, denunció que hubo múltiples contradicciones en los dichos de las supuestas víctimas (todas de cuatro años de edad). La Justicia le terminó dando la razón y aseguró que profesionales indujeron sus respuestas en “tortuosos y desatinados interrogatorios”. Y también recopiló evidencias que demostraban que él nunca estuvo a solas con los chicos, sino que siempre trabajaba con ellos en presencia de una maestra o auxiliar.

El letrado, entonces, apuntó: “Me pregunto: ¿quién va a resarcirlo por la estigmatización y por el daño moral, espiritual y económico que le han causado de modo irremediable a su persona, familia, hijos y entorno? Desde hace más de diez años defiendo docentes. En mis perspectiva, el 90 por ciento de las denuncias por abuso sexual en establecimientos educativos son falsas o erróneas. No así en temas de abuso sexual intrafamiliar, donde las estadísticas establecen que en el 85 por ciento son verdaderas”.

Darío Castelo pasó 15 meses muy duros tras las rejas por un delito que, de acuerdo a lo determinado por la jueza Ramírez, no cometió y por una acusación que, según reconoció, lo sorprendió. “No esperaba ni una denuncia en mi contra porque yo trabajando con chicos son muy respetuoso siempre. Más en un jardín, donde no había trabajado nunca”, dijo el maestro.

Y agregó: “Sí trabajé 18 años en primaria y secundaria, con muy buenas reputaciones, muy buen desempeño con mis alumnos y directivos. En el jardín trabajé en 2020 en forma virtual y en 2021 creo que tres meses en total, entre idas y vueltas. Eso bastó para que me denuncien por algo que no existió nunca”.

El profesor de música se enteró de las acusaciones en su contra un viernes, cuando llegó al jardín a tomar su cursada y la directora se acercó a hablarle para preguntarle cómo había sido su clase anterior, día en el que supuestamente sucedieron los abusos pero sin decirle nada al respecto. Luego de la charla le explicó la situación y él se fue a su casa. Ese fin de semana todo estalló: sufrió múltiples escraches, incluso en la puerta del jardín. Al miércoles siguiente se presentó a declarar y ya quedó detenido.

Afectado por la situación, reveló que abogados le recomendaron que no respondiera a los escraches pero él no pudo contener su grito de “soy inocente” en una entrevista con peritos, en el momento más caótico que atravesó, cuando todo se veía desmoronarse.

Estuvo alojado en una comisaría con capacidad para cuatro detenidos pero que albergaba a doce y luego pasó a la Unidad Penitenciaria N°30 de General Alvear. Durante el juicio, descalificó los hechos y sostuvo su inocencia en todo momento.

El docente de San Fernando aseguró que su entorno social siempre creyó en su inocencia y agradeció que su esposa “nunca” le “soltó la mano”. “He llorado de emoción en la comisaría y en la cárcel por la gente que me apoyaba -amplió-. El que creyó en mí va a seguir creyendo y el que no, que lea objetivamente las explicaciones planteadas que son esclarecedoras. Yo igual creo que el que piensa mal difícilmente lo va a cambiar”.

Lo que pasó a raíz de las denuncias en el jardín de San Fernando marcó a fuego a Darío, que hoy trata de volver a recuperar su vida aunque, lógicamente, nada es igual. “Uno piensa que la justicia investiga, que aclara los hechos, pero yo me fui con una decepción. Gracias a Dios, en mi caso el veredicto y el fallo es muy esclarecedor pero hay muchos inocentes que pagan el precio de cosas que no hicieron y eso es muy doloroso”, dijo.

“Hoy por hoy me decís de entrar a un aula y tengo miedo de hacerlo. Es lo que yo más amo y me dediqué, para lo que sirvo, para lo que soy bueno, y me encantaría poder hacerlo en paz. Me encantaría encontrar esa paz necesaria para disfrutar el aula. Hoy no la tengo”, cerró con dolor. (El Informador)